Pablo Silva (55) es periodista y emprendedor. Con la vista en la temporada 2021 patentó un Demarcador Ecológico de Zonas para delimitar distintas superficies al aire libre y que cada uno se ubique en un lugar seguro para disfrutar el verano. A diferencia del que se utiliza en el fútbol, que se desvanece en instantes, este es mucho más duradero

“No hay verano sin playa”, dice el periodista y emprendedor Pablo Silva (55). Con la pandemia de COVID-19 aún sin solución, la distancia social, al igual que el uso del barbijo y el lavado repetido de manos, es una de las principales herramientas para evitar el contagio del coronavirus. Así, el Gobierno de la provincia de Buenos Aires llegó a un acuerdo con los intendentes de varios municipios para dar comienzo a la próxima temporada de verano en la Costa Atlántica, aunque bajo protocolos específicos para evitar la propagación del Covid-19.

“Esta temporada no será fácil mientras no haya vacuna “ explica el emprendedor. “Para tener un verano feliz y seguro empecé a pensar en una idea que permita delimitar áreas al aire libre para evitar las aglomeraciones, que son riesgosas en época de pandemia” explica Silva.

El producto es sencillo. Se llama DEZ (Demarcador Ecológico de Zonas). “Es un sistema inventado específicamente para marcar espacios y límites sobre la arena poder hacer cumplir de modo eficiente y claro”, detalla. Usando su experiencia previa, -un spray blanco que colocan los árbitros sobre el césped de la cancha para ubicar la barrera en los tiros libres- Silva creó un aerosol resistente apto para cualquier tipo de superficie. La diferencia radica en que el utilizado en las canchas se evapora en un minuto. Este, asegura, permanece mucho más tiempo.

Si se cumple esta premisa no solo va a colaborar a que la gente pueda disfrutar de los días de calor, también sería una forma de reactivar la alicaída economía. “Es un elemento más para que se saturen las camas de Terapia Intensiva, que no colapse el sistema sanitario ni los hospitales de los distintos distritos de la costa y, lo fundamental, evitar muertes”, completa.

Silva explica que “a diferencia de otros aerosoles, el DEZ es un producto totalmente ecológico y está fabricado en el país, con productos cosméticos autorizados por la ANMAT que no dañan la arena, el mar, la capa de ozono, la piel ni la salud de las personas”.

También ilustra: “Una vez aplicado sobre la superficie, debido a sus propiedades que evitan la volatilidad de los granos de arena, soporta el viento y la lluvia. Su duración es extensa e indefinida en tiempo y comenzará recién a diluirse cuando se remueva la arena del lugar señalizado sea lentamente por acción del viento o voluntariamente. Además, también trabaja sobre cualquier otra superficie -arena obviamente incluida- y es de fácil remarcación. Puede reponerse y cada dos días”.

Por último, asegura que el DEZ 9-15 FULL “no fue un producto fácil de desarrollar, dada la multiplicidad y complejidad de todos los factores que tiene que reunir y que debían abarcar a todas las normativas vigentes. Tardé casi cuatro meses en dar con lo que buscaba y que cumpliera con el propósito, que es aplicarlo también sobre pasto, tierra, cerámica, baldosas, asfalto, y que atienda a otras necesidades de distanciamiento social fuera de los balnearios.”.

Mucho más que en la playa

Con cruces rojas se puede delimitar las zonas a evitar, y con círculos blancos los espacios que son aptos para transitar. “Creemos que el DEZ 9-15 FULL es un gran aporte para este momento crucial de la pandemia, de bajo costo y que sin dudas será una herramienta muy eficaz para ayudar a lograr el distanciamiento social, cuyo incumplimiento es lo que más preocupa a las autoridades y a la población por el daño que ello puede acarrear”.

Especialista en el rubro

El aerosol está registrado y patentado debidamente en Instituto Nacional de la Propiedad Industrial ( INPI) y en Derechos de Autor. Al igual que el “aerosol evanescente” 9.15 Fair Playes muy utilizado y popularizado en el fútbol. Silva explicó que tuvo la idea de crear el aerosol una noche de 2002, tras haber disputado un partido amistoso en el que fue expulsado por haberse quejado de que la barrera se había adelantado cuando él pateó un tiro libre. Tardó casi cuatro años en dar con la fórmula perfecta.

Fuente: infobae